El Club

La memoria le gana a la ausencia

Jueves 08 de Julio de 2021
"Contra el olvido, por la Justicia", la campaña institucional mediante la cual Racing reconoce la condición a los socios y socias desaparecidos/as durante la última dictadura, activa el recuerdo: Ricardo y Luis Dorigo, hermanos de Pablo Hermes, hincha y socio secuestrado en diciembre1976, reivindicaron un lazo familiar indestructible que conduce hasta su tía... Tita Mattiussi.
La memoria le gana a la ausencia
Toda historia tiene su inicio, como esta…

"Hola, ¿cómo están? me contacto por la campaña que se armó desde el club "CONTRA EL OLVIDO, POR LA JUSTICIA". Mi tío Pablo Hermes Dorigo, detenido desaparecido en 1976 a los 26 años, era hincha de Racing".

El mail de Pablo Dorigo, enviado a la casilla [email protected], es más que una verificación de que la memoria está vigente, con el estímulo de la decisión institucional de restituir su condición a socios y socias desaparecidos/as durante la última dictadura militar: revela la fortaleza de los lazos familiares más allá de generaciones.

El primer eslabón, forjado por el mensaje en Pablo, lleva a Ricardo y Luis Dorigo, dos de los cuatro hermanos de Pablo Hermes, quien fuera secuestrado el 20 de agosto de 1976 en la esquina de Honorio Pueyrredón y Planes, en la ciudad de Buenos Aires, delante de su esposa Ana Matilde y su hija María Eva, de dos años. Tenía 26 años y era contador, como señala Marcelo Izquierdo en la notable biografía de Tita Mattiussi. La alusión a la Madre de Racing Club resulta imperativa. Ricardo señala los argumentos inobjetables.

“Nuestro padre se crió en la cancha de Racing, era primo hermano de Tita. Cuando falleció su mamá, soltera, en 1924, mi papá y su hermana fueron a vivir con sus tíos, César Mattiussi e Ida Dorigo de Mattiussi, es decir, los padres de Tita. Mi papá vivió, acá, en la cancha, hasta 1948, cuando se casó. Tita era una hermana más de mi papá, así como los padres de Tita eran sus papás y, también, mis abuelos…”, se emociona Ricardo junto a Luis, sentados en la platea del Sector A del Cilindro. Y los recuerdos, sin pesadumbre, se activan cuando el libro de registro de socios se abre para mostrar el formulario original que consagró a Pablo Hermes como socio.

“Mi hermano Pablo era fanático de Racing, de venir muy seguido a la cancha en su adolescencia. Era parte de su identidad”, agregan y resulta lógico. Porque para los Dorigo, el estadio tenía la calidez de un hogar. “Ir a visitar a mis abuelos era venir para acá y que Tita, mi tía, nos dejara jugar a la pelota en la cancha. El amor de Racing, entonces, es natural, es como amar a mi familia”, agrega Ricardo. Él tenía 21 años y Luis, 14 cuando “pasó lo de Pablo”.

“Trabajaba en Canal 9 y era miembro de Tribunal de Cuentas de la AFA. Militaba desde los 15 años en el peronismo. Era muy amigo del padre Carlos Mugica, que lo casó. Se dio cuenta de todas las irregularidades del EAM 78, la organización creada por la Junta Militar para la organización del Mundial de la Argentina”. Eso, junto a su compromiso social, seguramente explican -en términos de un universo macabro- la desaparición. Hubo más porque la supresión del cuerpo como angustia permanente y la perversidad de la advertencia funcionó en el dispositivo represor. “Nunca supimos dónde estuvo desde que desapareció. Imaginábamos, como sucedió con muchos casos de detenidos ilegales por los militares, que al menos tendríamos alguna noticia, que nos dirían que estaba en la cárcel. Pero jamás conseguimos información”, cuenta Luis.

El reconocimiento a Pablo Hermes como socio “reafirma la identidad como club, sobre todo para nosotros, que es familia en sentido estricto”, afirma Ricardo. Y se complace de que Racing preserve en su gente la naturaleza de fidelidad, “esa capacidad para levantarse ante las adversidades. Este compromiso con la verdad, la memoria y la justicia lo ratifica como un club pionero”. Luis asiente de inmediato: “Es importante lo que hace el club, porque estimular que los jóvenes tomen esta posta es importante para que la memoria permanezca vigente”.

Ayer, ahora y siempre.