Efemérides

Natalio Perinetti, un símbolo de la época legendaria

Lunes 24 de Mayo de 2021
Llegó a Racing en 1913, brilló como puntero durante muchos años y se consagró cinco veces por torneos locales. Con más de un centenar de goles oficiales en su haber y el recuerdo de una dupla formidable junto a Pedro Ochoa, Pantalonazo se ganó su lugar de ídolo dentro de nuestro club y en el recuerdo permanente.
Natalio Perinetti, un símbolo de la época legendaria
Un pasado como el nuestro no puede ser referenciado de otra forma que no sea mediante una afirmación que resulta tan obvia como ineludible: Racing Club es sinónimo de gloria. Es que nuestra institución cuenta en su haber con 118 años de vida de una riquísima historia repleta de hechos memorables que ayudaron a construir con el paso del tiempo una galería de sucesos legendarios y que habitarán por siempre en la memoria académica. Y como eso ya es sabido, es también irrefutable el hecho de que luego de tantas jornadas a lo largo del tiempo fueron construidas por una larga lista de galería de símbolos que forjaron la identidad del club, desataron el amor de multitudes y le entregaron a nuestra institución la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Nuestra historia no empezó ayer y merece ser contada, ya que es fundamental conocerla y entenderla, no sólo para saber quienes somos sino para tener una idea clara de hacia dónde vamos. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. Ayer, hoy y siempre.

Natalio Perinetti dejó su sello estampado en Racing. Hábil, veloz y desequilibrante, fue justo acreedor de aplausos a lo largo de los años en que la gente tuvo la fortuna de verlo con la camiseta académica puesta. Y la aclamación popular no se debió a algún capricho externo al juego, sino a lo que Pantalonazo -como fue apodado por sus compañeros- hacía adentro de la cancha con una pelota bajo la suela de sus pies: en el mano a mano era imparable y de cara al arquero, solía acertar y mandar la pelota en la red. Los números lo avalan: en total, entre el amateurismo y el profesionalismo, marcó 115 goles oficiales. Nacido el 28 de diciembre de 1900, llegó al club en 1913 de la mano de Juan Nelusco, uno de sus hermanos. Antes, había pasado por Talleres United debido a que otro de sus hermanos, Raúl, había sido el fundador de esa institución. Bien de chico conoció a quien sería su gran socio a lo largo de su carrera: Pedro Ochoa. Juntos se ocuparon de enloquecer a todas las defensas que se les pusieron por delante.

De esta forma y amparado siempre en un juego genial que se adaptó a la perfección al andamiaje de un equipo legendario, Perinetti ganó con la camiseta celeste y blanca los títulos de 1917, de 1918, de 1919, de 1921 y de 1925. Además, se consagró en la Copa Aldao de 1917 y de 1918, en la Copa de Honor de 1917, en la Copa Ibarguren de 1917 y de 1918, en la Copa Beccar Varela de 1932 y en la Copa Competencia de 1933. En cada una de esas conquistas, tuvo un rol protagónico. Tan identificado estaba este delantero con la Academia que, en alguna entrevista, explicó: “la blanca y celeste yo nunca me la saqué porque, cuando jugaba en River, llevaba debajo la camiseta de Racing”. 

Además, gracias a su talento, fue convocado muchas veces a la Selección. Formó parte del plantel nacional que ganó el Sudamericano de 1927 en Lima. También jugó en los Juegos Olímpicos de Amsterdam en 1928 y en el Mundial de 1930 en Uruguay. Pasó por Temperley y por River pero en ningún lado cosechó tantas alegrías como en Avellaneda.

Perinetti falleció el 24 de mayo de 1985 y hoy, fecha en la que se cumple un nuevo aniversario de su partida física, Racing lo recuerda con el cariño y el orgullo que merece la memoria de todas aquellas personas que contribuyeron a construir la grandeza de estos colores que tanto amamos.