Efemérides

Belén, la Bruja eterna

Sábado 21 de Agosto de 2021
Indescifrable cuando se pegaba a la raya del campo con la pelota en sus pies, jugó junto a otras leyendas académicas como Sosa. Campeonó con la casaca del club en 1958 y en 1961 para transformarse por siempre en un símbolo de nuestro fútbol. Hoy el club lo recuerda una vez más con afecto y respeto.
Belén, la Bruja eterna
La afirmación resulta tan obvia como ineludible cuando se hace referencia hacia un pasado como el nuestro: Racing Club cuenta en su haber con 118 años de vida de una riquísima historia repleta de gloria. Y como eso ya es sabido, es también irrefutable el hecho de que luego de tantas jornadas a lo largo del tiempo fueron construidas por una larga lista de galería de símbolos que forjaron la identidad del club, desataron el amor de multitudes y le entregaron a nuestra institución la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Nuestra historia no empezó ayer y merece ser contada, ya que es fundamental conocer la historia para saber quienes somos y hacia dónde vamos. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. Ayer, hoy y siempre.

Gambeta y misterio no son sinónimos pero acá, al referirse a semejante crack, quieren decir más o menos lo mismo. Porque de quien se está hablando es de Raúl Oscar Belén, ese zurdo talentoso nacido el 1 de julio de 1931 en la ciudad santafesina de Roldán. Apodado la Bruja por lo indescifrable de su gambeta contra la raya, debutó en el club el 16 de junio de 1957, en un triunfo por 2 a 0 ante Ferro, luego de estar 18 meses fuera de las canchas por una tuberculosis que casi lo deja afuera del fútbol. Había venido de Newell’s y, en poco tiempo, demostró todo el potencial que tenía. Y, ni bien se juntó con Rubén Sosa, sus condiciones se multiplicaron hasta volverse una carta fundamental.

Salió campeón en el Cilindro. Y dos veces: en 1958 y en 1961. En ambas campañas, formó parte de una delantera brillante: Oreste Corbatta, Juan José Pizzuti, Pedro Manfredini o Pedro Mansila, Sosa y él. De local y de visitante, ante los equipos grandes y frente a los no tan grandes, los cinco se encargaron de poner a la camiseta celeste y blanca por encima de todas las demás. Hasta 1964 estuvo Belén en Avellaneda, donde disputó 174 partidos y convirtió 63 goles oficiales –más 19 entre giras al exterior y amistosos en el país-. Además, formó parte de la Selección que disputó el Sudamericano de 1959 –donde Argentina consiguió el título- y el Mundial de 1962.

Enamorado de este deporte, la Bruja explicó alguna vez, en una clara declaración de principios, cómo arrancó esa pasión por el juego. “Me acuerdo de que los muchachos de la barra de mi hermano mayor compraron una pelota y se le dieron para que la llevara a casa. Yo la agarré y me dormí abrazado a ella. Nunca me acosté tan temprano como esa noche. ¡Quién iba a pensar que esa pelota me iba a dar tantas alegrías!”, confesó ante un periodista que estaba interesado en su historia. Su espíritu amateur, pese a haber vivido en el profesionalismo, se sostuvo intacto más allá del paso del tiempo.

El 21 de agosto de 2010, a los 79 años, Belén falleció en Rosario dejando su marca en todos los hinchas. Racing, que mantiene de pie su recuerdo, le rinde de nuevo un pequeño tributo para que las generaciones futuras recojan su legado. Nuestras leyendas no se merecen menos que eso.