Efemérides

Corbatta, ese eterno sinónimo de Racing

Domingo 05 de Diciembre de 2021
Evocar su figura es pensar al fútbol con genialidad y belleza. Indiscutido fenómeno con la pelota, fue símbolo del ataque académico entre 1955 y 1962. Jugó 195 partidos, convirtió 79 goles y gritó campeón en 1958 y en 1961. Falleció el 6 de diciembre de 1991, a los 55 años, y hoy se recuerda con emoción y orgullo a ese wing derecho sensacional, entre los mejores de todos los tiempos.
Corbatta, ese eterno sinónimo de Racing
Primera verdad que está clara: la historia no empezó ayer. Segunda verdad indiscutible: la historia merece ser contada. Tercera verdad irrefutable: es fundamental conocer la historia para saber quién es uno y hacia dónde va uno. Racing, con 118 años de vida, con un pasado repleto de gloria, tuvo a lo largo de tantos años símbolos que forjaron la identidad del club, que desataron el amor de multitudes y que le entregaron la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Por eso, como homenaje respetuoso, como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. 

Dicen quienes lo disfrutaron adentro de la cancha que la hermosura de verlo con la pelota radicaba en pensar su fútbol como algo que era difícil de imitar o de creer que podía llevarse a cabo. Apreciar su juego era eso mismo: la naturalización de lo imposible. Porque Orestes Omar Corbatta no era un hombre cualquiera. Todo lo contrario: era alguien capaz de ir y de venir por la raya gambeteando rivales sin cansarse. Sin que nadie se la pudiera sacar, sin que los compañeros pudieran creer lo que están viendo. Eso mismo: un genio que tenía un amor absolutamente correspondido con la pelota, un crack con el talento para construir lo imposible, un fenómeno que conseguía que propios y ajenos se pararan de sus asientos para aplaudirlo. Nacido el 11 de marzo de 1936 en la localidad bonaerense de Daireaux, llegó a Racing en 1955 proveniente de Juverlandia de Chascomús. Y se quedó en el Cilindro hasta 1962.

Se lo podía conocer, llamar o apodar de muchas maneras. La mayoría de la gente le decía "El Loco". Puertas adentro de los terrenos deportivos se lo aclamaba como "El dueño de la raya de cal". Y fronteras hacia afuera de nuestro país las comparaciones populares lo señalaban también como "El Garrincha argentino". Había varias maneras de relacionar su persona a un apodo, sin dudas. Pero existía una única forma de pensarlo y de concebirlo: adentro de una cancha, con el balón pegado a su pie derecho y una forma única de expresar el juego que lo hizo indescifrable ante los rivales. Considerado a nivel general como el mejor puntero derecho de la historia criolla, para el pueblo racinguista fue, es y será simplemente Corbatta. Un sinónimo de nuestro club y de nuestro fútbol.

Clásico wing izquierdo, su debut con la casaca celeste y blanca se produjo el 30 de abril de 1955 contra Gimnasia y Esgrima La Plata. Su primera conquista fue ante Ferro en mayo de ese año. Corbatta armó una gran sociedad con Juan José Pizzuti y juntos condujeron a la Academia a la conquista de los campeonatos de 1958 y de 1961. Formaron parte también de la delantera Pedro Manfredini (en 1958), Pedro Mansilla (en 1961), Rubén Sosa y Raúl Belén. En total, disputó 195 partidos oficiales y convirtió 79 goles. 

Su altísimo rendimiento lo llevó a ser convocado a la Selección, donde jugó 45 encuentros entre 1956 y 1962. Con el conjunto nacional marcó 18 tantos. Fue campeón del Campeonato Sudamericano (actual Copa América) en 1957 y en 1959. Ahí compartió la ofensiva junto a Humberto Maschio, a Antonio Angelillo, a Enrique Sívori y a Osvaldo Cruz. Además, jugó el Mundial de Suecia en 1958. La etapa final de su carrera transitó por Boca, por Independiente Medellín y por San Telmo.

Corbatta falleció joven, a los 55 años, el 6 de diciembre de 1991. Después de su deceso, la Municipalidad de Avellaneda le puso su nombre al Pasaje Cuyo, para que su apellido y su figura quedaran por siempre unidas al Cilindro, ese lugar que lo cobijó y fue testigo glorioso de muchas jornadas mágicas en las que el Loco desplegó todo su talento con la pelota en los pies. Hoy se cumple un nuevo aniversario de su partida física y Racing Club lo recuerda con todo el afecto del mundo, la emoción indescriptible que genera la evocación de su recuerdo y el orgullo indescriptible que genera el hecho de saber que fue, es y será uno de nuestros símbolos eternos.