Efemérides

Stábile, ese entrenador legendario

Domingo 26 de Diciembre de 2021
La historia del fútbol suele recordarlo como el gran goleador del Mundial de 1930, pero su labor posterior como entrenador marcó un hito en la historia racinguista que sólo fue superado por la figura del maestro Juan José Pizzuti. Bajo su conducción durante casi una década, el equipo volvió a festejar un título tras más de dos décadas y además, lo hizo por partida triple entre 1949 y 1951.
Stábile, ese entrenador legendario
Nunca está de más el recordar el siguiente detalle que no es para nada menor: Racing Club cuenta en su haber con 118 años de vida de una riquísima historia y un pasado repleto de gloria. Y como eso ya es sabido, es también irrefutable el hecho de que luego de tantas jornadas a lo largo del tiempo fueron construidas por una larga lista de galería de símbolos que forjaron la identidad del club, desataron el amor de multitudes y le entregaron a nuestra institución la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Nuestra historia no empezó ayer y merece ser contada, ya que es fundamental conocerla para saber quienes somos y hacia dónde vamos. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo eterno, se recuerda a éstos grandes en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. Ayer, hoy y siempre.

Detrás de tanto brillo, había una cabeza que conducía todo hacia una misma dirección. Siempre la hay en los equipos que hacen historia. Y si luego de la conquista eterna que consiguió Juan José Pizzuti con su Racing campeón de todo, también dejaron su marca en nuestra historia conductores como Alfio Basile, Reinaldo Merlo, Diego Cocca y Eduardo Coudet, es preciso destacar que antes de que todos ellos aparecieran también hubo otros entrenadores que se encargaron de erigir su propia leyenda en blanco y celeste. Y sin dudas la figura de Guillermo Stábile fue, es y será una de las más grandes dentro de ese rubro. Porque lo que él logró no fue para nada sencillo y porque se transformó en algo legendario, sólo superado por lo que sucedería en el universo académico algunos años después.  Pero a mitad de la década del 40 la realidad del club distaba de la gloria que conocería con posterioridad. Y quien llegó para encargarse de modificar ese panorama fue la única persona con la experiencia necesaria para devolverle a la institución su lugar de privilegio dentro del fútbol argentino.

Mientras Norberto Méndez, Rubén Bravo y Llamil Simes construían maravillas con la pelota en los pies, un señor parado a un costado del campo dirigía con breves gritos el funcionamiento de la orquesta. Hacía 24 años que a Racing se le venía negando el grito de campeón y Guillermo Stábile, que estaba en el club desde 1945, fue quien pudo armar en 1949 un equipo sólido, contundente y mágico que quebró la racha sin coronaciones. Tan buena fue la obra de este entrenador que la Academia se consagró también en 1950 y en 1951, para coronar de este modo un espectacular tricampeonato. Motivos más que suficientes para que el DT permaneciera en su cargo hasta 1954. 

Stábile, nacido el 17 de enero de 1905 en Buenos Aires, fue futbolista antes de ser técnico. Conocido popularmente como “El Filtrador”, jugó en Sportivo Metán, en Huracán, en Genoa, en Nápoli y en Red Star Saint-Ouen. Sus actuaciones en el cuadro de Parque Patricios -102 goles en 119 partidos - lo transformaron en referente de esa institución y lo llevaron a la Selección. Formó parte del plantel argentino que disputó el Mundial de 1930 de Uruguay y fue el máximo artillero de la competición con 8 tantos. “Stábile fue el único que guapeó en la final”, declaró alguna vez Francisco Varallo, otro delantero de aquel conjunto.

Su campaña como entrenador también fue notable. Además de los títulos con Racing, obtuvo siete veces la Copa América con el combinado nacional. Ya fuera de las canchas, tuvo un fugaz y único paso por el cine: actuó de sí mismo en la película Fantoche.

A los 61 años y después de ver otra hazaña deportiva a gran escala como la que logró el Equipo de José con su consagración doméstica, Stábile falleció el 26 de diciembre de 1966. Y aún permanece presente en el club la estampa de su inolvidable estadía en el banco de suplentes académico. Desde el mismísimo día de su partida física, su recuerdo está presente cada vez que se nombra al tricampeón de mediados de siglo XX, es decir, que se nombra a otra etapa gloriosa de nuestra rica y vasta historia futbolìstica. Ese fue, es y será su mayor legado para con Racing Club.