Fue, probablemente, el mejor rendimiento de Racing en el último mes y, en especial, con una media hora de inicio en alto nivel. El 2-2 deja un regusto porque no permitió alcanzar la cima en la Zona B de la Copa de la Liga ni ingresar en terreno de Copa Sudamericana. Sin embargo, genera optimismo por la recuperación de los atributos que este equipo supo tener. 

El gol de Hauche a los 56 segundos anticipó las buenas vibras con la fluidez aquellos días de 2022. Con un equipo corto, con la defensa subida hasta casi la media cancha y, sobre todo, con la circulación que no asumía demoras innecesarias, Racing dominó a un rival que sobresale por su juego y movimientos. El 1-0 prematuro (la ventaja pudo haber sido más amplia con un remate de Rodríguez y otro de Almendra, todo en los seis minutos de arranque), con un remate de primera del Demonio al recibir un rebote en el área grande, ratificó la ambición y le dio firmeza al equipo. Si bien hubo una merma en el ritmo poco después de los 20, Defensa y Justicia, sin el control del balón y con espacios entre volantes y defensores, no inquietaba.

Sin embargo, el 1-1 llegó un con aviso. Porque a los 32 minutos, en su primer ataque profundo, Solari exigió una firme respuesta de Arias. Y a los 35, un centro de Sant’Anna acabó en el pique y cabezazo de Pratto (corrió desde atrás de la medialuna), que se le fue por abajo del cuerpo a Gaby. No era un resultado adecuado al desarrollo…

Tampoco lo fue en la segunda parte, en la que Racing otra vez acumuló ocasiones para desnivelar. Sucesivamente podrían haberlo hecho Hauche (mano a mano con Fiermarín, el arquero reemplazante del lesionado Bologna), Almendra dos veces y Rodríguez, En un déjà vu del período inicial, Defensa y Justicia no mosytraba presencia cerca de Arias, hasta que los 27 minutos mandó una señal con un disparo externo de Barbona. Y un minuto después se puso 2-1 con una contra luego de que Moreno no pudiese concluir un ataque con el equipo volcado en zona adversaria. Con el coraje que ya expuso en situaciones similares, Racing jamás se entregó en su fervor y convicción. Un penal otorgado por VAR le dio una chance inmejorable, aunque la ejecución de Piovi fue rechazada por Fiermarín y el rebote convertido por Quintero, anulado por invasión de manera correcta.

¿Golpe de nocuat? En absoluto. La certeza de la pelota en secuencia de pase se vio en el 2-2, en el que la combinación involucró a Moreno, Quintero, Gómez, Romero y Vecchio para el derechazo fuerte del rosarino. No hubo pedido de tregua, ni siquiera ante una situación en la que Arias se interpuso para impedir la derrota. Racing se levanta porque sabe lo que debe lograr...