Nueve años atrás, Racing Club daba un paso fundacional cuyo alcance se prolonga hasta estos días. Hace casi una década establecía su primera licencia oficial a través de la relación comercial con Giorgio Redaelli, la firma textil de indumentaria premium. Para la estrategia de marketing de la institución representó una innovación, porque incorporó un segmento hasta entonces inexplorado en el ámbito del fútbol y trazó un horizonte que ya resulta palpable: el de asociar el Club a marcas de prestigio. Y para la empresa que confecciona camisas, corbatas y accesorios de alta calidad también fue un acierto, porque le permitió crear un mercado que nació con Racing y luego se extendió otros clubes argentinos.

A manera de los equipos más rutilantes de Europa, el plantel de Racing también se lució fuera del campo, cada vez que debía trasladarse al exterior, con su delegación vestida con Giorgio Redaelli.

El compromiso compartido se fue prolongando, plazo a plazo, y -sobre todo- meta a meta, porque la satisfacción mutua hizo que hoy, en un camino consolidado, aquel primer nexo creciera y llegara al noveno año, ahora, con la renovación del vínculo como licenciatario oficial. Como entonces, luce impecable…